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martes, 14 de enero de 2020

Las "gallinonas" de Pilón



Las “gallinonas” de Pilón, uno de los municipios costeros de la suroriental provincia de Granma, pudiera nombrar a una agrupación rapera, una danza comunitaria, el último estreno teatral, el título de una guaracha, de la novela, una obertura sinfónica, un cuento y hasta el póster de una expo de arte abstracto.  
Sin embargo, se trata de una definición formulada por un colega de la prensa granmense, cuando apreció por vez primera la robustez del avestruz, en el Centro de cría de esa ave en Pilón.
-¡Tremenda gallinona, compay!- exclamó- sin imaginar que acuñaba a la vez, la fe de bautismo lexical de la exótica especie.
Se reconoce como  la más grande que existe, no vuela a pesar de tener alas, (menos mal), aunque corre velozmente, camina  y  puede alcanzar de 130 a 180 kilogramos de peso.
Desde mi etapa estudiantil conocí que las evidencias culturales más longevas del surgimiento de las carnes asadas se remontan a la Grecia Antigua, y que La Ilíada de Homero, refleja cómo los ganadores de las batallas celebraban banquetes con carne de cerdo asadas al fuego.
Algo similar sucedió durante la Feria de fin de año en Bayamo, cuando cientos de triunfadores de la gran cruzada 2019, testificaban el epicentro cultural de mayor atracción popular, el asado en púa de un avestruz, iniciativa del restaurante Luanda, enclavado en el Parque Granma de la capital provincial, donde se consume habitualmente.
Resultó la novedad del año en las artes culinarias y si el cerdo se consagró a muchos de los dioses griegos, desde Zeus, hasta Marte, por tratarse de un animal al que se le atribuían poderes sobrenaturales, el avestruz, sin esas pretensiones, rompió esquemas tradicionales de ofertas gastronómicas.
En Bayamo se cubanizó entre las variantes de asados, propuesta favorecida por quienes acudieron a la feria de fin de año, incluido al colega de la prensa que recreando su mirada junto a la multitud de curiosos, recordó la célebre frase.
-¡Tremenda gallinona, compay!

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