Una mirada que te acerca al mundo de los escritores y artistas de la provincia de Granma, Cuba.

jueves, 26 de octubre de 2017

Una cita de cubanía



La Fiesta de la cubanía, evento cultural más significativo de esta provincia,  celebrada en Bayamo, capital de la provincia de Granma, del 17 al 20 de este mes,  rindió homenaje a la nacionalidad y a nuestras raíces.
El amplio programa  incluyó alrededor de 300 actividades, entre conferencias, conciertos, descargas de trova, exposiciones, talleres, ferias, presentaciones danzarias y teatrales, espectáculos humorísticos, concursos y homenajes.
La cita, en su edición 23, estuvo dedicada a los 45 años del Movimiento de la Nueva Trova, a la rumba cubana, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y al aniversario 220 del natalicio de José Antonio Saco.
Presidida por la guitarra del singular trovador Sindo Garay, y custodiada por la Guerrilla de Teatreros, llegó a la ciudad  para dejar inaugurado  el festejo.
Entre los principales momentos figuró el evento teórico Crisol de la nacionalidad cubana, la entrega del Premio al Mérito Literario José Joaquín Palma al escritor Abel Guerrero Castro, la develación de la figura en cera de Sara González, una jornada  dedicada al creador Alberto Lescay y la conferencia Los deberes de Cuba. El proyecto revolucionario de José Martí para antes de la modernidad, a cargo del Doctor Pedro pablo Rodríguez, quien ostenta los premios nacionales de Historia y Ciencias Sociales.
La gala por el aniversario 149 de la interpretación del Himno Nacional y la declaración del órgano oriental como Patrimonio de la nación cubana, tuvo  lugar el día 20, Día de la cultura cubana.
La Fiesta de la cubanía se ha convertido en el acontecimiento de mayor confluencia de creadores, personalidades y propuestas artísticas.

lunes, 16 de octubre de 2017

Presentan libro de Luis Carlos Suárez



El muchacho del chaleco negro, es el libro del prestigioso poeta, narrador y crítico de la Literatura Luis Carlos Suárez Reyes, -Manzanillo, 28 de septiembre de 1955- presentado, recientemente, en los jardines de la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en la suroriental provincia cubana de Granma.  
Con el auspicio de la  Editoral Oriente, de Santiago de Cuba, y editada por Asela Suárez, la obra  narra en nueve capítulos una peculiar historia de amor entre adolescentes,  marcada por la impronta del exilio y las circunstancias cotidianas del siglo XXI cubano.

Dirigida a niños  y jóvenes exigió un extra del autor, dadas las características psicológicas de los personajes y  el contexto en que se desarrolló la trama, que empezó a hilvanar  en la República Bolivariana de Venezuela mientras cumplía con sus responsabilidades  en la Misión Cultura Barrio Adentro. 
Multipremiado en certámenes provinciales, nacionales e internacionales el poeta y narrador Luis Carlos Suárez Reyes ha escrito cerca de  una veintena de  libros para adultos, jóvenes y niños entre los que destacan  La Loma de los gatos, Claro de Luna, El Regreso del Guerrero y Papeles Nevados.  


Granmenses junto a Fidel, Martí, Céspedes y Mariana



La mañana del 10 de Octubre no pudo ser más emotiva y hermosa, una delegación granmense se adelantaba al sol en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, para vivir, junto a otros de las provincias orientales y Camagüey,  un acontecimiento sin igual en la historia de la nación cubana.

El sonido de 21 salvas de artillería anunciaba el comienzo del acto político y ceremonia militar de inhumación; los restos del General Presidente Carlos Manuel de Céspedes y de Mariana Grajales eran depositados en el área patrimonial del camposanto, cerca de la  misma trinchera de pensamiento de  Martí y  Fidel.
Nuestro sentimiento patriótico y nacionalista alcanza dimensión suprema, justamente en el aniversario 149 del inicio independentista en el ingenio La Demajagua, espacio de continuidad para las ideas: ¿cómo es posible entonces que un país  pequeño como el nuestro, engendre tantos hombres y mujeres con  hidalguía y valor compartidos?
Por eso un grupo de granmenses, en representación de sus coterráneos, estuvo allí, con Raúl, nuestro Presidente, con los hijos del Che y los combatientes de siempre, que acudieron también a la ceremonia.
Nada escapó a los restauradores, urbanistas, médicos legales, constructores especializados, artesanos del mármol de la tierra de Céspedes, al escultor santiaguero Alberto Lescay…; todo fue conmovedor.
Por su parte, el historiador Eusebio Leal Spengler, con su genial  forma   comunicativa, sintetizó el valor histórico de tan glorioso momento: “Asistimos a un acto trascendental, a un acontecimiento de los que suelen ocurrir una vez en nuestras vidas…
“Detengámonos un momento en la tumba del Iniciador y veamos allí la escultura hermosa de Cuba que en su bella figura levanta un laurel para extenderlo al pie de su retrato”.







sábado, 7 de octubre de 2017

¿Última persona…?


                            
Hace varios años que se jubiló Pepe, antiguo gastronómico de buen humor, astuto y vivaracho, apodado Arroyito, por la cantidad de agua utilizada para bautizar el ron y que ahora compensa la economía familiar, vendiendo turnos o  revendiendo productos en las colas de mayor demanda.  
Cuando lo creía casi olvidado, tropezamos frente a un termo de cerveza, en pleno carnaval manzanillero,  y un tanto en broma le dije:
-¡Hermano, aleja a tus hijos del alcohol!
-Es lo que hago -me comentó-  por eso bebo con mis nietos.
-¿Dejaste las colas?- Pregunté.
-¿Estás loco? -dijo con cierta picardía. -Mira, socio, aquí todo tiene su  maraña, colarse es un arte para toda la vida, pero nunca  lo hagas metiendo el cuento de que solo vas a hacer una preguntica, ese  truco no funciona.
Es más recomendable que antes de pedir el último te fijes si conoces a alguien de los primeros, acércate discretamente, lo saludas y en voz baja le dices: 
-Dame un chance delante de ti, que estoy apura’o. ¡Eso no falla! Ya verás que en menos de lo que orina una rana lleno la jarra de cerveza- Y alzando la jarra vacía partió hacia la cruzada etílica.
Mientras esperaba por el regreso de mi amigo, lancé una ojeada a la multitud concentrada en tan pequeño espacio y recordé entonces sus inicios como “colero” profesional.
Era el tiempo en que Arroyito dormía en la Terminal Ferroviaria, donde  “cuidaba” la lista para, al filo de las 6:00 de la mañana, llamar en voz alta los nombres de quienes viajarían en tren hacia La Habana y recibir a cambio, el pago por el espacio ofertado.
Poco a poco se convirtió en la persona más importante del barrio, de manera que ante la necesidad de conseguir urgente un boleto de viaje, con solo localizarlo era suficiente.
Este personaje, aún defiende la idea de que la cola es la única manera de organizarnos, pero se equivoca, porque generalmente el desorden generado por ella termina en molote.
Las colas en nuestro país siempre están repletas de mujeres embarazadas, con niños en los brazos, de personas despistadas que no saben detrás de quien  van, de los rotadores de turno que desesperados esperan la llegada del dinero…
Marcar en esos lugares es un acto de gran astucia, de prestar mucha atención para identificar  a las personas que van delante de ti y los de atrás también, de manera que puedas frenar a tiempo  “el cuela que te cuela”, donde los últimos quieren ser los primeros y defienden con arrebato el lugar usurpado por ellos.
Pero no todo resulta desastroso. Las colas también tienen su encanto: nos permiten conocer de antemano lo que sacarán en las tiendas recaudadoras de divisas, el final de la telenovela, el último chisme en Tres D y alta definición, posibilita pasar un balance demográfico para enterarnos de los que se fueron y de los que vinieron…
El tiempo pasa y mientras se me agolpan en la memoria buenos y malos momentos vividos en aquellas circunstancias, las manecillas del reloj prosiguen su rumbo, acaban de marcar la  media hora desde que partió a Arroyito a buscar la “espumosa”.
De repente, emergió de la multitud bullanguera y sedienta, venía con la camisa hecha un asco, sudoroso y empapado de cerveza. Se detuvo frente a mí,  respiró profundamente y comentó:
-Ha sido una batalla feroz ¡Qué falta de respeto! Esa cola es un relajo y la cerveza, bautizada. Lo miré detenidamente, recordé cuando le apodaron Arroyito, sus reiteradas  marañas en las colas y lanzándole una leve sonrisa le dijo: “Nada, socio, quien siembra vientos, recoge tempestades”.










miércoles, 4 de octubre de 2017

Un Domingo entre amigos



Tras la colocación de ofrendas florales al Comandante en Jefe Fidel Castro, en el monolito de Santa Ifigenia, inició su recorrido por Santiago de Cuba el proyecto sociocultural, Domingo entre  amigos, que dirige la promotora bayamesa Ana Coronado, de la filial de Artes escénicas de la Uneac en Granma.

La hermandad caracterizó el encuentro, cuyo invitado de honor resultó el destacado compositor santiaguero Rodulfo Vaillant García, presidente del Comité provincial de la organización de los escritores y artistas en ese territorio.

Entre los integrantes de la delegación de la suroriental provincia de Granma figuraron Manuel Gross (guitarrista y cantante), los vocalistas Matilde Parra y Alberto García, el bongosero Pedro Alarcón y el guitarrista acompañante Heriberto Verdecia (Don Papi).

Completaron la brigada artística, los niños Carlos Aspinaga, Adrián Viamonte, Diana Rosa Rivero y Roxana Fonseca, quienes impresionaron por su calidad interpretativa.

Otras instituciones, como Ventana Sur, la Asociación de artesanos artistas de Cuba y  la Dirección provincial de Cultura, en Granma, se incorporaron al reconocimiento, mientras la  cantante santiaguera Esperancita Ibis  desbordó el sentimiento del homenajeado, quien dijo sentirse altamente satisfecho por lo ofrecido.   

Vaillant García nació en el populoso barrio  santiaguero de Los Hoyos, y es considerado por críticos e investigadores como uno de los autores más importantes en el contexto de la música popular bailable en los últimos años: La tía, Yo no quiero que seas celosa, Arrodíllate y Ves, que no somos nada, figuran entre sus temas más reconocidos.

Cuenta, además, con las medallas por la Campaña de Alfabetización y  de la Lucha Clandestina, entre otros méritos.