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miércoles, 22 de enero de 2020

Conversación con Pachi Naranjo



La naturalidad musical de Pachi corona un talento que se remonta a los cinco años de edad, cuando interpretaba pequeñas piezas al piano sin ayuda académica, ese hombre que  nació con el don creativo y lo desarrolló mediante su mejor obra artística: la orquesta Original de Manzanillo y el que más tiempo lleva frente a una agrupación musical, cuenta hoy su historia de vida.
Lejos estaban de imaginar aquellos “locos con suerte”, como los llamó su padre, que años más tarde el muchacho se convertiría en una personalidad de la cultura cubana.
COMO ARRULLO DE PALMAS
“Integro el  coro  y la banda rítmica del colegio La Salle y al transitar por el séptimo grado, en la secundaria básica Bartolomé Masó Márquez, un grupo de jóvenes  del centro lo capta, con la misión de crear un grupo musical.
“Por ese entonces Pedrito Rivero, cantante de la Original, ya fallecido, a quien nombraban mi descubridor, logró que tocara de oídas un tema de la Aragón, de moda en ese tiempo, titulado Me voy para la luna, y me aceptaron.  
“De esta manera se iniciaba en 1961 el conjunto Los Traviesos, con descargas dominicales en la casa de Miguel Armesto, tocábamos instrumentales y temas tradicionales, hasta que dos años después decidimos formar una orquesta con formato de charanga francesa: violines, flauta, pailas, güiro, tumbadoras, piano, bajo y cantantes.
“Desde el comienzo se hablaba de la ‘Típica Pachi’, era el encargado de armar el repertorio y  los arreglos con los hits parade de la Aragón,  llegó el momento de profesionalizarla y decidimos nombrarla orquesta Original, pues al no tener violinistas, el sonido de esos instrumentos los suplía, de manera especial, un acordeón”.      
COMENZÓ LA FIESTA
“Debutamos el 21 de diciembre de 1963, en el centro Yates y Pesca, hoy Complejo Costa Azul, en Manzanillo, tenía 14 años de edad y abría sus puertas la Escuela Nacional de Arte, que me hubiera gustado cursar, pero debido a la responsabilidad frente al colectivo, abandoné la idea”.
LLEGARON LOS SONEROS
“En 1964, nos presentamos en el carnaval de Las Tunas, los carros en que viajábamos tenían un cartelito que decía Orquesta Original, una curiosa con determinada duda preguntó:
-¿Original de dónde?
“Y casi al unísono respondimos: de Manzanillo, incidente que nos completó el apellido”.
TRAIGO LA ÚLTIMA
“Al celebrarse el Primer festival del creador musical en el Oriente cubano, estaba asegurada la participación de algunos connotados directores: Osmundo Calzado, Rafael Urfé, Daniel Guzmán y solicitaron otro para completar la plantilla.
“El maestro bayamés Salvador Alarcón, también en aquella nómina, pensó en mí y comencé a orquestar para grandes agrupaciones musicales”.
YO VENGO DE ALLÁ LEJOS
“Durante el carnaval de Yara 1964, conocí a Rafael Lay Apesteguía, máxima autoridad  de la Aragón en aquel momento,  alternábamos en esos festejos populares y se solidarizó tanto con la sonoridad nuestra que viajaba una vez al mes desde La Habana a la Ciudad del Golfo, para asesorarnos integralmente.
“En cada encuentro ofrecía consejos sobre el rigor artístico, otros relacionados con el sistema de cooperativas para el pago de los músicos, el repertorio… líneas de trabajo mantenidas en la  trayectoria artística.
“Continuamos con el proyecto, como se dice ahora, hasta que en 1965 me designan, oficialmente, director de los originales.
“Otro de  mis grandes amigos es Frank Fernández, recuerdo que íbamos bastante a Mayarí, allí había una casa en la que se respiraba música por todos lados: conversaban mucho de ese gran pianista oriundo de la zona y cuando él llegaba, entonces le hablaban de mí, así nos conocimos.
“El destino originó un encuentro fortuito con el Maestro, andaba de recorrido por zonas montañosas de la región, con un grupo de jóvenes trovadores  y encontrándome en la Dirección de Cultura en Manzanillo, me percato de que varias personas se bajan de un carro  y lo distingo:
-Tú eres Frank. Dije, y me respondió en el mismo tono:
-Y tú eres Pachi.
“A partir de ahí iniciamos una amistad que ha perdurado con respeto, cariño mutuo, necesidad de escucharnos y querernos siempre, tan así es que el mayor regalo en mis 70  cumpleaños, el pasado 3 de junio, fue su presencia.
“Allí estaba con la amplia sonrisa y el abrazo sincero, juntos descargamos musicalmente por  el afecto”.
EL TIEMPO Y YO  
“La música es arte, también un trabajo que trato de mantener con  salud, toda esta etapa  la he pasado sobre ruedas repartiendo espiritualidad y alegría, de un lugar a otro del país, sin desatender la familia, que es lo primero, como me enseñaron mis padres.  
“La rama de ese tronco  la integran mi esposa, cinco hijos, cuatro hembras y un varón, Alexei Naranjo Fernández, a  quien también le dicen Pachy, director y arreglista del grupo El niño y la verdad, y por si fuera poco, siete nietos, una hermana y dos sobrinos.
SOY CUBANO, SOY DE ORIENTE
“Desde mi trabajo defiendo lo más autóctono del terruño, la memoria sonora de la cuenca del Cauto, lo genuinamente cubano, el sonido del órgano y otros elementos que conforman nuestro sello distintivo.
“El desafío principal es hacer música con rigor artístico, porque la Original honra al pentagrama y a las tradiciones, por eso la reconocen entre las más populares  del país y  como patrimonio de la región”.
Con la sencillez que le caracteriza, nos despedimos, seguros  de encontrarnos en cualquier plaza, junto  a cientos de bailadores disfrutando música de la buena.




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