Una mirada que te acerca al mundo de los escritores y artistas de la provincia de Granma, Cuba.

domingo, 28 de octubre de 2018

Estoy como nunca, Eliades Ochoa



Estoy como nunca, la popular canción del guitarrista, y cantante Eliades Ochoa Bustamante hizo mover los pies de quienes asistieron, recientemente, al concierto en la pista de la plaza de Santa Rita, en el municipio de Jiguaní, en la suroriental provincia cubana de Granma.
"Haremos lo que ustedes quieran", aseguró a amigos y admiradores que tararearon Píntate los labios María y Preciosa, de Descemer Bueno, en una noche en la que estuvo acompañado por el Cuarteto Patria.  
Antes de comenzar la actuación, el compositor y arreglista de sus propios temas expresó que, no obstante sus éxitos y reconocimientos a nivel nacional e internacional, no ha dejado de ser “el mismo guajiro de la Loma de la Avispa”, lugar de Songo-La Maya, en Santiago de Cuba, donde nació. 
Formado en un ambiente campesino, Ochoa Bustamante está calificado como uno de los más importantes soneros cubanos de todos los tiempos y un excelente defensor de la música tradicional. 

sábado, 27 de octubre de 2018

Flora Fong en Bayamo



Ciclones en el tiempo es la expo con la que Flora Fong García, destacada artista de la plástica contemporánea, presentó, por primera vez, su obra en el ámbito de las artes visuales, a propósito de la Fiesta de la cubanía realizada en Bayamo, municipio capital de la suroriental provincia  de Granma.
La especialista Danelys Gómez Pompa detalla, en la introducción a la muestra,  las representaciones que la artista trajo al convite por la cubanía, de la cual ella también es expresión en sí misma, hablan de su talento y constancia, de su solidez, y de un lenguaje único, distintivo.
Las obras expuestas en el Centro provincial de Artes Plásticas y Diseño, con evidentes rasgos caribeños y orientales, como fidelidad a su descendencia, exhibe un estilo en el que apoya el lenguaje que la identifica, el lirismo que brota de las palmas,  los platanales, el viento y la naturaleza con una fuerza insólita.
Fong García es reconocida por la forma de llevar al lienzo o la cartulina paisajes autóctonos, en los cuales sobresale  la sensualidad tropical y la tenacidad asiática.

viernes, 26 de octubre de 2018

La culpa no es de la vaca



Hace pocos días, mientras leía el libro La culpa es de la vaca, sugerente motivo para  reflexionar sobre los valores humanos que rigen la cotidianidad, recordé a mi amigo Daniel Diez, profesor y realizador audiovisual, con su mochila repleta de ideas, moralejas, cigarros Populares, el pomito de café y una filosofía capaz de dejar con la boca abierta hasta al mismísimo Aristóteles.
Por supuesto, tan prestigioso intelectual, nada tiene que ver con el referido mamífero rumiante, bóvido, hembra, cuyo bistec se pronuncia muy bajo en la mayoría de los hogares cubanos, (por si acaso).
Su concepción, no me refiero al bistec, sino a Daniel,  de hacer más a favor de nuestro entorno nacional va más allá de los valores patrimoniales que rigen nuestra vi, detalles que pudieran ser mejores si no  existieran determinadas personas asociadas a la Comisión nacional de obstáculos, (CNO).
Tales especímenes, andan desesperados por campos y ciudades, para entorpecer cuanta iniciativa exista, porque su mayor satisfacción es fastidiar y entorpecerlo todo a su paso.
Los miembros de la CNO, apenas se conocen, no se ven nunca, evaden el pago a la Onat, no participan en  congresos, ni seminarios, se comunican por Internet para alcanzar, entre los seguidores, un preponderante estatus de reconocimiento internacional.
Tales impositores de obstáculos jamás aparecen en el Registro de Propiedades ni en la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, tampoco se encuentran adscritos al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, no forman parte de los innovadores y racionalizadores ni están sindicalizados, pero existen.
Este modelo de desarrollo antilocal, cuya paternidad corresponde a la corriente neoliberal de pensamiento, desempeña un papel “importante” en el freno  a la política económica y social del país, formando así una especie de cooperativa no agropecuaria, sin ánimo de lucro, como se dice ahora.
Durante su formación académico-callejera, los disociadores de la CNO, gestan  una especie de  contra estrategia nacional de desarrollo, empleando diversas tácticas destinadas a consumar sus maléficos  propósitos.  
Desde el punto de vista sociológico, de  la vox populi, estos transgresores sociales armonizan  adecuadamente entre ellos y con el tipo de personalidad que desean representar en su puesta de teatro callejero.
Así aparecen los llamados “mancos”, con su mutilación de ideas, esos que jamás encuentran la solución al  problema, porque “no está en sus manos”, singular manera de pasar el caso a otra persona o lugar.
La referida tendencia está muy ligada a los denominados “sentimentales”, verdaderos simuladores que profesan el afecto extremo mediante la misma respuesta: Lo siento mucho, pero…
Esta forma de actuar incluye a los conformistas que, con cara de buena gente, te hacen ir una y otra vez al mismo lugar para recibir idéntica respuesta, con diferente envoltura: “Compañero, la computadora está fuera del sistema, venga la próxima semana”.
Y usted, obediente, regresa al cabo del tiempo señalado, aun cuando … la computadora sigue fuera del sistema, mientras la operaria destina su tiempo a otras tareas muy personales. 
También sobreviven  los “desayunadores”, con su frase célebre: “Me desayuno con lo que dices”, muy ligados a los “desinformados”, que bajo el pretexto de: “Primera noticia” o “me entero ahora”, se excusan ante las   responsabilidades inherentes  su cargo.
No menos impropios, son los personajes  popularmente enjuiciados como Krim 218: ni se ven, ni se oyen y hay que darles golpecitos para que entren en sintonía, parecidos a aquellos televisores rusos en blanco y negro, presentes en muchos hogares cubanos durante la década de los años 70 del pasado siglo.  
En fin, tales  tendencias “contracorrientistas”, devienen siempre sugerentes motivos para reflexionar acerca de las relaciones interpersonales, recuerde que para  recibir ternura, solo es necesario abrir generosamente los brazos.

domingo, 7 de octubre de 2018

Naturaleza viva de Wilfrediro



Cuando se escriba la historia y el desarrollo de las artes plásticas en la provincia de Granma, inevitablemente hay que citar al bayamés Wilfredo Díaz Rosales (Wilfrediro), escultor y pintor de cualidad artística, más allá de su talla corporal y el autodidactismo que le acompañan en estos 45 años de vida artística.
-¿Cómo fue el comienzo?
-En este tipo de entrevista, suele decirse, “Desde pequeño” y yo no soy la excepción. A los cuatro o cinco años, hice mis primeros ‘embarros pictóricos’, aunque en honor a la verdad, mi padre nunca quiso que fuera pintor, insistía en que estudiara Medicina.  
“Pasado el tiempo ingresé en la Escuela de Artes Plásticas de Bayamo, bajo la asesoría académica de los profesores Alfredo Tornés Rodríguez y Jesús Rodríguez Crespo, ellos marcaron mi impronta en el mundo del arte.
“En ese tiempo participé en diversas exposiciones individuales y colectivas, creando mi estilo de trabajo, hasta ingresar en el Instituto Superior Pedagógico Blas Roca Calderío, del cuál egresé en la especialidad de Educación laboral y dibujo técnico”.
-¿Cómo te vinculas al destacado escultor cubano José  Delarra?
-Al proyectarse en 1982, la idea inicial del Conjunto monumentario de la Plaza de la Patria, institución sociocultural de excelente realización artística, se convocaron a los artistas de la plástica del territorio para apoyar y resulté propuesto junto a otros valiosos compañeros.
“Con Delarra aprendí los secretos de la escultura, las técnicas y mañas de ese oficio, de manera que poco a poco se adentraron en mí los secretos de esta milenaria manifestación, una vez fallecido el gran maestro, tengo la responsabilidad periódica de su restauración”.
-¿Qué representa la actual etapa de trabajo?
-La solidez de mis conocimientos, el saberme integrante de la Uneac, institución que presidí en su momento y en la que estoy desde su fundación en Granma. Me satisface enormemente tener varias obras en colecciones particulares fuera de Cuba, en Matanzas, en El Paseo de General García, en Bayamo…
-¿Cuál es la obra de mayor impacto para usted?
-Mi modesto aporte al conjunto escultórico de la Plaza de la Patria, genial idea que muestra los hechos más sobresalientes de nuestra historia, el Premio Bayamo, conferido por el Comité provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en Granma, a los creadores más destacados y la distinción Del esfuerzo, la victoria, otorgada cada año por la Asamblea del Poder Popular, como parte de las actividades por el Día de la rebeldía nacional.
“Tengo, además, otras satisfacciones que me regocijan: la ambientación de la fachada de una casa bayamesa situada en Zenea, entre Figueredo y Lora, y una gigantografía escultórica particular, bautizada por muchos como el Cristo de Bayamo”.
-Se avecina la Fiesta de la cubanía, espacio en el que se te rendirá homenaje. Desde el punto de vista artístico, cómo retribuirás este agasajo.
-Trabajo en la retrospectiva de una serie de mis pinturas, muchas de ellas de propiedad patrimonial y  personal, otras inéditas y de nueva creación. La sede de  la Uneac en Granma, es la locación escogida para la nueva expo personal, que espero disfruten.
-Tu mensaje para los noveles artistas de la plástica.
-Que enfrenten con tenacidad los obstáculos encontrados a su paso, porque el arte siempre hay que trabajarlo con mente positiva, solo con sacrifico, dedicación y entereza se puede lograr el éxito en la labor creativa, ahí radica el gran secreto.


viernes, 5 de octubre de 2018

Los Caminantes, de Manzanillo



Les dejo a su consideración una entrevista del colega Roberto Mesa Matos con el trío Los Caminantes, de Manzanillo, el segundo municipio en importancia de la provincia de Granma.
Basta mirarse entre sí y ya saben qué hacer, cómo enaltecer la obra musical que aderezada de responsabilidad, disciplina y consagración, sustentan elogios en escenarios cubanos y extranjeros.
El 28 de septiembre de 1963 marcó el nacimiento del Trío Los Caminantes, hoy toda una institución entre las mejores de sus homólogas en el país.
Rafael Remón Romagoza, su actual director, rememora que fue precisamente en un CDR donde surgió la agrupación, cuyos fundadores fueron Miguel de la Cruz, voz segunda, guitarra prima y director; Hugo Naranjo, voz prima y guitarra acompañante y Rafael González, voz tercera y guitarra acompañante.
“Con el paso del tiempo decayó un poco, hasta que Miguel me localiza y reiniciamos en fecha similar. Teníamos la influencia de los tríos mexicanos Los Panchos, Los Tres Reyes, Los Caballeros, Los Ases y empezamos con un repertorio con números de ellos.
“Luego nos dimos  la tarea de crear nuestro repertorio con obras de Juan Almeida, Soledad; Se pierde y se gana; los clásicos del pentagrama cubano, con efectos de voces que nos identificaron rápido con el público.
-¿Cuál es el estilo de Los Caminantes?
-Crear un estilo no es fácil, pero pienso que hemos logrado ser originales dentro del panorama de este tipo de formato musical en el país
La afirmación tiene sustento en la participación en 28 festivales y un Sindo Garay, en Santiago de Cuba donde alzaron el máximo galardón.
“Fueron momentos muy gratificantes para los músicos, pero en esa misma ciudad tuvimos la oportunidad de compartir varios actos por el 26 de Julio, en los que experimentamos el honor de interpretar nuestros temas para el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz”.
-Para ustedes México fue una plaza muy importante…
-Resultó entrañable: fuimos por un año y nos quedamos  una década. Repercutimos por la música cubana, nos comentaron ‘ustedes van a bailar en la casa del trompo’ y dijimos ‘ellos ponen el trompo y nosotros la cabuya.
“Compartimos con Los Tres Reyes, les cantamos y les impresionó muchísimo la potencia de nuestras voces, lo calificaron de excelente. Resultó una experiencia maravillosa, linda, porque los mexicanos bailaron con lo genuinamente cubano: obras de Matamoros, de Compay Segundo, de Ñico Saquito, y lo romántico de José Antonio Méndez, César Portillo de la Luz, Elena Burke y Omara Portuondo.
-¿Sienten que son profetas en su tierra?
-Sí, estamos plenamente convencidos de ello. Las personas nos reconocen, distinguen lo que hacemos y nos muestran su cariño, sentimiento que es recíproco. La música de tríos no ha muerto, ni morirá, pero siento que la están matando porque hasta ha disminuido la promoción. Las serenatas ya forman parte del pasado.
“A los jóvenes les gusta este formato, nos han pedido Ódiame, porque la cantó Cristian Castro; La Bikina, interpretada por Luis Miguel; incorporamos piezas de Tony Ávila, Descemer Bueno y Lioni Torres. Queremos grabar un disco, pero las oportunidades no son fáciles en este minuto, hasta con el pago atrasado de las actividades”.
Actualmente, Rodolfo Hernández Jiménez, voz prima y percusión menor; y el joven Reinier Gorina Ortega, guitarra acompañante, completan la nómina de Los Caminantes.
El primero comenta: “Cuando a un número le queremos ‘sacar partido’ nos consagramos en los ensayos porque se hace un poco difícil; uno siempre quiere que todo salga excelente, un compromiso de calidad. Recordamos con mucho afecto a los iniciadores e imaginamos cómo vivirían ellos estos momentos. Sí, los aplausos emocionan, nos erizamos porque uno enaltece lo cubano”.
Gorina Ortega es músico de “corazón”: “Somos una familia, me he disciplinado con ellos; aquí el valor de la responsabilidad y puntualidad son reglas de oro, hacer todo bien”, dice y recuerda que el gusto por la música de los tríos le viene por línea materna, aunque el padre disfruta siempre verlo en los escenarios.
-Rafael, ¿hasta dónde serán capaces de llegar Los Caminantes?
-Hasta donde nosotros mismos nos propongamos. Se hace camino al andar, a lo que agregamos, siempre apostaremos por el sello de Caminantes, por el buen andar.