La edición 26
de la Feria del
libro, llegó a su fin en el territorio y justo es reconocer a los organizadores
del evento, la entrega depositada de principio a fin, para tratar de satisfacer
las expectativas del público granmense.
Aunque el evento se acerca casi a
las tres décadas de promoción, resulta siempre algo nuevo, de manera que no
pretendo reiterar las incongruencias de otros años, ni culpar a personas por la
irregularidad de las actividades.
Procuro, sin embargo, resaltar aspectos
valiosos a considerar, para posteriores encuentros y señalar otros que, a
juicio de muchos coterráneos, no alcanzaron, en medida alguna, la brillantez de
la feria.
Positivo fueron los encuentros
teóricos dedicados a reverenciar la vida y obra del político e intelectual
cubano Armando Hart Dávalos, cuyos
paneles efectuados en varias
instituciones culturales, aportaron el conocimiento y la frescura necesaria que
reclama estos tiempos.
De igual forma la idea abarcadora
del área infantil, donde los más pequeños de casa, disfrutaron espectáculos y
proyectos para edades tempranas, que también deleitaron a los mayores.
Los pabellones para las ventas de libros, demostraron novedad
y funcionamiento, mientras la idea de homenajear a Arsenio Rosales Morales,
Premio al mérito literario José Joaquín Palma, del pasado año, y al poeta y
compositor Abel Guerrero Castro, en sus 50 años de vida artística, devino justo
reconocimiento al desarrollo literario y a la promoción por la lectura en
Granma, protagonizada por ambas personalidades del territorio.
Feliz idea resultó la de distinguir,
en esta fiesta de los libros, a nuestros Alazanes, campeones de la última Serie
Nacional de Béisbol, encuentro que incluyó
la conferencia Bordeando la pelota, impartida por el investigador Luis Toledo
Sande.
Durante la realización de la Feria no faltaron las incongruencias y hasta coincidencias de horarios
para actividades similares, que dislocaron la atención del público interesado,
en más de una ocasión.
Igual suerte corrieron
presentaciones de libros, que no pudieron venderse porque alguien olvidó su
traslado hacia el área de referencia.
Pienso que para la venidera edición,
se torna preciso convocar con mayor tiempo, a los organismos e instituciones
implicadas y trazar una estrategia que ultime cada detalle para evitar estos y
otros salideros, que pudieron resolverse a tiempo.
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