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viernes, 14 de abril de 2017

Acerca de la Feria del libro en Granma



 La edición 26 de la Feria del libro, llegó a su fin en el territorio y justo es reconocer a los organizadores del evento, la entrega depositada de principio a fin, para tratar de satisfacer las expectativas del público granmense.
Aunque el evento se acerca casi a las tres décadas de promoción, resulta siempre algo nuevo, de manera que no pretendo reiterar las incongruencias de otros años, ni culpar a personas por la irregularidad de  las actividades.  
Procuro, sin embargo, resaltar aspectos valiosos a considerar, para posteriores encuentros y señalar otros que, a juicio de muchos coterráneos, no alcanzaron, en medida alguna, la brillantez de la feria.
Positivo fueron los encuentros teóricos dedicados a reverenciar la vida y obra del político e intelectual cubano  Armando Hart Dávalos, cuyos paneles efectuados  en varias instituciones culturales, aportaron el conocimiento y la frescura necesaria que reclama estos tiempos.
De igual forma la idea abarcadora del área infantil, donde los más pequeños de casa, disfrutaron espectáculos y proyectos para edades tempranas, que también deleitaron a  los mayores.
Los pabellones  para las ventas de libros, demostraron novedad y funcionamiento, mientras la idea de homenajear a Arsenio Rosales Morales, Premio al mérito literario José Joaquín Palma, del pasado año, y al poeta y compositor Abel Guerrero Castro, en sus 50 años de vida artística, devino justo reconocimiento al desarrollo literario y a la promoción por la lectura en Granma, protagonizada por ambas personalidades del territorio.
Feliz idea resultó la de distinguir, en esta fiesta de los libros, a nuestros Alazanes, campeones de la última Serie Nacional de Béisbol, encuentro que  incluyó la conferencia Bordeando la pelota, impartida por el investigador Luis Toledo Sande.

Durante la realización de la Feria no faltaron las  incongruencias y hasta coincidencias de horarios para actividades similares, que dislocaron la atención del público interesado, en más de una ocasión.
Igual suerte corrieron presentaciones de libros, que no pudieron venderse porque alguien olvidó su traslado hacia el área de referencia.
Pienso que para la venidera edición, se torna preciso convocar con mayor tiempo, a los organismos e instituciones implicadas y trazar una estrategia que ultime cada detalle para evitar estos y otros salideros, que pudieron resolverse a tiempo.







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