Manzanillo, del 24 al 27 de agosto
Hay derroche de alegría por doquier, fuegos
artificiales colorean el eclecticismo arquitectónico de la bicentenaria ciudad,
mientras los legendarios tambores, el cencerro y la corneta china, marcan la
autenticidad de los festejos, en esta región del Oriente cubano.
Establecidas, por Ley, cuatro jornadas de pleno desenfado
y tradición, no hay tiempo para el descanso, coterráneos y visitantes,
testifican el abrazo de la luna y el sol, comparten el trago de ron, de cerveza
y juntos, arrollando, desafían el calor
que sofoca la brisa, bañada de sol y salitre.
Llegó el “carnavalazo” manzanillero, la fiesta grande
más esperada, el marcado espacio donde la música y el baile arrebatan el sueño
a la muchedumbre con el inconfundible sonido del órgano, o sencillamente,
saboreando el pescado frito, el cerdo asado, la caldosa, el tamal o el maíz
hervido.
El tiempo:
Por su parte, el Instituto de “lagersología”,
pronostica, de jueves a domingo, en Manzanillo, condiciones favorables e
intenso calor, que podrá aliviarse con la ocurrencia de ligeros chubascos naturales
o cerveceros, más intensos al atardecer y en la jornada sabatina.
Como alternativa popular para sofocar este fenómeno,
se producirán lanzamientos de agua, desde la Góndola, orquesta Original
de Manzanillo, que anualmente y por este tiempo, recorre las principales arterias
de la ciudad, arrastrando a bailadores y a transeúntes tras el rítmico sonido:!Agua,
agua…!
La mar estará tranquila, ideal para el carnaval
acuático, con inminente peligro para
bebedores imprudentes y padres despreocupados con sus hijos.
En resumen: le deseamos buen tiempo, disfrute cuanto
pueda, ponga una escoba boca abajo para alejar a visitantes no deseados, pórtese
bien y gaste poco, si es que puede.
Fotos Luis Carlos Palacios
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