El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio
se queda sentado en él.
Proverbio chino
Corría el año de 1934 cuando de repente un chino “guantánamo-santiaguero”,
personaje encarnado por el actor Aníbal de Mar, irrumpió las señales radiales de la Ciudad Heroica, a través de las aventuras Chan Li Po,
increíble detective que solucionaba fácilmente hasta el más espinoso de los
homicidios o tragedias.
La brillante idea
del pródigo escritor Félix Benjamín Caignet, precursor cubano de las radionovelas y telenovelas, atrapó a los oyentes de la época quienes simpatizaron de inmediato con la serie
cargada de acertijos y
figuraciones e hicieron suya la recurrente frase que lo inmortalizó:
"Pacieeencia, muuucha paciencia…” expresada, sobre
todo, en momentos tensos de la rutina
diaria e insertada en el imaginario nacional, como choteo a lo cubano.
Hace unos días, mientras organizaba las ideas de
esta crónica se me acercó un viejo amigo, con características similares al personaje radial de referencia.
Era Li Po Chol: un flaco jodedor, impetuoso hasta más no poder, de ojos
rasgados e impresionantes, bigotes y perilla discretos… quien sin muchas
pretensiones me abordó:
-¡Compadre, ahora sí traigo la última en el camino
de la alimentación sana y milagrosa!-dijo y continuó: Acabo de leer en Internet que siete cucharadas de alpiste tienen las mismas
propiedades nutritivas que un bistec de vaca.
-¡Tremendo descubrimiento!-contesté- Si realmente
es como dices…se acabó el dilema con la “tilapia de potrero”. ¡A comer alpiste!-
pensé mientras mi amigo disertaba emocionado alrededor de su hallazgo:
-Mira, el alpiste es excelente para el consumo
humano, contiene Omega tres, seis y nueve, resinas, ácido salicílico y
oxálico, sustancias nitrogenadas, triptófano, lipasa, vitaminas del grupo B,
minerales, antioxidantes, alto contenido de proteínas…
Respiró profundamente y volvió a la carga:"Pero,
además, reduce los niveles de grasa en la sangre, es un excelente
antiinflamatorio y diurético, utilizado
con éxito en casos de hipercolesterolemia, previene la arteriosclerosis, la cistitis, alivia la
hiperuricemia, la gota, la hipertensión
arterial y regula el sobrepeso.
Lo miré algo incrédulo y riposté:
-¡Afloja, compadre!, que la cucaracha, aunque tenga
antenas, no es un televisor.
-Esto es en serio -precisó- pero te digo más, el mijo duplica las bondades del alpiste.
-Entonces… ¿dos bisteces de vaca por cada siete cucharadas?- le solté
sonriente.
-Bueno, algo similar- aseguró mi amigo, torció los
finísimos bigotes y continuó su “clase magistral”. El mijo es un cereal
energetizante, rico en vitaminas del grupo B (B1, B2, B5, B6, Ácido fólico), minerales, hierro, calcio, zinc, magnesio,
fósforo, potasio, fibra ...
-Repito y no es matraca mía,¡se acabó el dilema
con la “tilapia de potrero”!. ¡A comer mijo también!
Parece que a mi amigo no le gustó la forma en que
lo dije y se retiró. Navegué por la red de redes para
verificar lo escuchado, mientras recordaba un viejo refrán: Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la
ajena.
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