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sábado, 12 de octubre de 2019

Radiografía de un artesano popular





El pensamiento oportuno, firme andar y decisión acertada, constituyen los atributos más visibles de este bayamés, que al pasar colorea la ciudad con sus empeños.
Integrante del Fondo Cubano de Bienes Culturales, instructor de arte, fundador del taller de Propaganda del Partido en Bayamo, del teatro profesional y de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas, nos regala hoy su historia de vida.
Mis inicios en el mundo del arte fueron en Santiago de Cuba, mientras cumplía con el Servicio Militar, fungía como maestro y luego fotógrafo de la División 1370, del Ejército Oriental, oficio que con el paso del tiempo reclamó otras necesidades.
Había que crear un espacio para la propaganda, me fui hasta la Uunidad Gráfica del Partido, allí conocí a varios compañeros que me transmitieron los secretos de la serigrafía, luego pasé un curso como impresor, realicé algunos diseños y encaminé el interés hacia las artes plásticas.
Al regresar a Bayamo asistí a los cursos nocturnos de esa manifestación artística ofrecidos por la casa de cultura 20 de Octubre, posteriormente alcancé el nivel elemental, pronto la Enseñanza Media Superior hasta la graduación que me facilitó el trabajo como profesor de esa  especialidad.
Contaba con varias mujeres bordadoras y se me ocurrió crear un grupo de artistas aficionados a la artesanía incrementando otras modalidades: unos hacían aretes, otros zapatos, tallas en madera, tejidos, repujados en pìel… de manera que el grupo resultó provechoso para agrupar sus inquietudes.
Participamos en varios concursos con grandes premios para el colectivo, sobre todo en las reconocidas ferias artesanales de Ciego de Ávila, creamos así la base inicial de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas -ACAA- en Granma, de la cual me enorgullezco de fundar en 1991 y dirigir durante veinticuatro años.
Nuestra institución desempeñó un papel primordial en la Batalla de ideas proclamada por Fidel Castro, siento satisfacción de aquella etapa en la que los artesanos donamos una vivienda devenida consultorio médico en la comunidad El Diamante y aportamos ocho millones, setecientos mil pesos, para impulsar obras  de beneficio social. 
El referido monto económico entregado al entonces Ministro de Cultura Abel Prieto, demostró que era más importante en ese momento ayudar a Cuba, que ganar mucho dinero para cuestiones personales.
La vida es una escuela en la que nunca dejas de aprender, todo el que pasa por mi taller recibe los secretos de la artesanía y aprende los valores humanos implícitos en esta labor, de esta forma comparto mi tiempo con quienes profesan la honestidad más allá de los beneficios materiales.




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