Una mirada que te acerca al mundo de los escritores y artistas de la provincia de Granma, Cuba.

viernes, 26 de octubre de 2018

La culpa no es de la vaca



Hace pocos días, mientras leía el libro La culpa es de la vaca, sugerente motivo para  reflexionar sobre los valores humanos que rigen la cotidianidad, recordé a mi amigo Daniel Diez, profesor y realizador audiovisual, con su mochila repleta de ideas, moralejas, cigarros Populares, el pomito de café y una filosofía capaz de dejar con la boca abierta hasta al mismísimo Aristóteles.
Por supuesto, tan prestigioso intelectual, nada tiene que ver con el referido mamífero rumiante, bóvido, hembra, cuyo bistec se pronuncia muy bajo en la mayoría de los hogares cubanos, (por si acaso).
Su concepción, no me refiero al bistec, sino a Daniel,  de hacer más a favor de nuestro entorno nacional va más allá de los valores patrimoniales que rigen nuestra vi, detalles que pudieran ser mejores si no  existieran determinadas personas asociadas a la Comisión nacional de obstáculos, (CNO).
Tales especímenes, andan desesperados por campos y ciudades, para entorpecer cuanta iniciativa exista, porque su mayor satisfacción es fastidiar y entorpecerlo todo a su paso.
Los miembros de la CNO, apenas se conocen, no se ven nunca, evaden el pago a la Onat, no participan en  congresos, ni seminarios, se comunican por Internet para alcanzar, entre los seguidores, un preponderante estatus de reconocimiento internacional.
Tales impositores de obstáculos jamás aparecen en el Registro de Propiedades ni en la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, tampoco se encuentran adscritos al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, no forman parte de los innovadores y racionalizadores ni están sindicalizados, pero existen.
Este modelo de desarrollo antilocal, cuya paternidad corresponde a la corriente neoliberal de pensamiento, desempeña un papel “importante” en el freno  a la política económica y social del país, formando así una especie de cooperativa no agropecuaria, sin ánimo de lucro, como se dice ahora.
Durante su formación académico-callejera, los disociadores de la CNO, gestan  una especie de  contra estrategia nacional de desarrollo, empleando diversas tácticas destinadas a consumar sus maléficos  propósitos.  
Desde el punto de vista sociológico, de  la vox populi, estos transgresores sociales armonizan  adecuadamente entre ellos y con el tipo de personalidad que desean representar en su puesta de teatro callejero.
Así aparecen los llamados “mancos”, con su mutilación de ideas, esos que jamás encuentran la solución al  problema, porque “no está en sus manos”, singular manera de pasar el caso a otra persona o lugar.
La referida tendencia está muy ligada a los denominados “sentimentales”, verdaderos simuladores que profesan el afecto extremo mediante la misma respuesta: Lo siento mucho, pero…
Esta forma de actuar incluye a los conformistas que, con cara de buena gente, te hacen ir una y otra vez al mismo lugar para recibir idéntica respuesta, con diferente envoltura: “Compañero, la computadora está fuera del sistema, venga la próxima semana”.
Y usted, obediente, regresa al cabo del tiempo señalado, aun cuando … la computadora sigue fuera del sistema, mientras la operaria destina su tiempo a otras tareas muy personales. 
También sobreviven  los “desayunadores”, con su frase célebre: “Me desayuno con lo que dices”, muy ligados a los “desinformados”, que bajo el pretexto de: “Primera noticia” o “me entero ahora”, se excusan ante las   responsabilidades inherentes  su cargo.
No menos impropios, son los personajes  popularmente enjuiciados como Krim 218: ni se ven, ni se oyen y hay que darles golpecitos para que entren en sintonía, parecidos a aquellos televisores rusos en blanco y negro, presentes en muchos hogares cubanos durante la década de los años 70 del pasado siglo.  
En fin, tales  tendencias “contracorrientistas”, devienen siempre sugerentes motivos para reflexionar acerca de las relaciones interpersonales, recuerde que para  recibir ternura, solo es necesario abrir generosamente los brazos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario