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miércoles, 18 de julio de 2018

Egresados del arte, retos y compromisos



“En un país sin antecedentes en el nivel superior de la Enseñanza Artística, la fundación del Instituto Superior de Arte (ISA), en 1976, supuso un cambio  en las maneras de concebir la formación académica para estudiantes de artes plásticas, música, teatro y danza.
Por eso hoy  resulta imposible escribir la historia de la cultura en Cuba, sin referirnos al trabajo de esta institución, en cuyas aulas han convivido muchos representantes de la vanguardia del arte cubano en los últimos cuatro años.
Así lo sustento tras concluir el curso lectivo, en el que diez jóvenes de la suroriental provincia de Granma, de los 275 estudiantes de todo el país, egresaron como licenciados.
Javier Millet Rodríguez, en Dirección de orquesta, Álvaro Torres Mendoza (Dramaturgia) y Olga Lidia Milán Verdecia, en Oboe, se alzaron con el Título de Oro, máxima puntuación conferida por el referido centro de altos estudios.
De igual forma, otorgó  el título de licenciados a Ilietis Yanet Bastista Téllez, en Actuación, Roberto Carlos Silva Díaz (Arte danzario) y Gisel María Blanco Avilés (Flauta).
Por su parte, la Filial camagüeyana del ISA, tras concluir su proceso formativo, confirió igual título a: Yariel Leonard Castillo Landa (Viola), Arisley Leyva González (Trompa) y Arianna Núñez Jordán (Danza contemporánea), mientras su homóloga santiaguera lo hizo con Elizabeth María Fonseca  Guerra (Contrabajo).
Si bien estos jóvenes talentos sueñan con implementar, en nuestro territorio, las tendencias más contemporáneas del arte latinoamericano y mundial, no es menos cierto que sus empleadores tendrán el reto, a veces olvidado, de felicitarles las condiciones indispensables para su desarrollo.
De lograr la referida estrategia, funcionaría entonces como herramienta inevitable para frenar el tradicional éxodo artístico hacia otras provincias del país, que, implementando disímiles iniciativas facilitan mejores condiciones para el trabajo cultural.
Sustento el criterio de que la creciente necesidad de  implementar estas mejoras, constituye elemento sustancial a tener en cuenta como procedimiento de atención profesional a estos jóvenes creadores.
Si realmente aspiramos al nacimiento de una Orquesta Sinfónica, una compañía danzaria o determinados proyectos culturales, aspectos muy debatidos en el sector durante los últimos años, es necesario aunar voluntades y deseos para defender, en ese aspecto, los anhelos más supremos de los granmenses.
Soñar junto a los jóvenes más allá de la concebida carencia de recursos materiales y financieros es cuestión de principios, porque los espacios de creación, las actuales  líneas de pensamientos en sus diferentes procesos, llevan implícitos  una mejor concepción humanista de la cultura y el arte.
Frente a los  desafíos actuales, se impone entonces  la voluntad, elcompromiso y la obligación de hacer más por nuestros propósitos culturales.

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