Anónimo
Wifi, es una palabra “sonada” entre los cubanos de
hoy, significa wireless fidelity o fidelidad sin cables y aunque sus bases actuales datan del año 1985,
deviene símbolo de apertura digital y se
inscribe como el fenómeno más llamativo dentro de los últimos cambios realizados
en nuestro país.
Este tipo de conexión
inalámbrica destinada a la informatización social, es cómoda y efectiva, superior a la lámpara maravillosa
de Aladino y al recurrente cuento del camaroncito duro…¡sácame del apuro!
Tablets, laptops y celulares
de todo tipo, se encuentran “a pululo”, abiertos para establecer comunicación visual y reunir a familiares y amigos, en
un contexto donde los que no saben aprenden y los diestros, enseñan:
-Chica, anoche mi novio me
conectó por el Imo- dijo una joven
-¿Por el Imo?, ¿y te protegiste? -indagó la otra con picardía nacional.
Realmente lo vivido en cualquiera de esas áreas resulta un gran
espectáculo, unos vierten sus lágrimas hasta la catarsis, otros revelan
secretos íntimos, deslices amorosos, el chisme
del barrio… y, por supuesto, el reclamo melancólico para asegurar una remesa enhorabuena.
-Panchito, estamos muy
preocupados por ti, hace varios meses no mandas nada de nada y con la falta que
nos hace una “tierrita”, sobre todo ahora que nos amenaza un huracán de categoría cinco…
Pero la tecnología va
más allá de tales pretensiones, así lo corrobora el recién estrenado paragua
Inteligente o paragua Wifi, desarrollado en la industria electrónica de consumo, utensilio que
avisa los porcentajes de riesgo lluvioso
mediante el cambio de color de su mango.
Si en 24 horas no se
esperan lluvias, será blanco o transparente, si
es de color azul claro, la posibilidad de precipitaciones estará entre
un 40 y un 50 por ciento y si se oscurece, las probabilidades de lluvia
superarían el 70 por ciento.
Al paso que va mi
caballito, nos adelantaríamos en el tiempo al
doctor José Rubiera, del Centro de pronósticos
del Instituto de Meteorología de Cuba, nos informaríamos mejor si
durante el mes repartirán los huevos de 15 centavos o los dejarán para el
próximo.
Dispondríamos, además,
de conjuntos electrodomésticos inteligentes capaces de ablandar, en menos
tiempo, hasta el frijol más duro, conoceríamos con antelación las rebajas de
precios en el mercado, el costo del alisado con queratina, regularíamos el carácter de muchas
suegras y hasta el día dispuesto para
mejorar nuestro salario.
Si bien esta novedosa
técnica acapara la atención de nuestros coterráneos, no quiero pensar cuando
llegue el momento de implementar el
Lifi, una tecnología futurista casi cinco veces más
rápida que la fibra óptica empleada por el Wifi.
Para ese entonces nos
mantendríamos al tanto de si el avión saldrá en hora, las verdaderas intenciones
del vecino que con cara de lástima pide dinero prestado y no paga, la presencia de los “magos” esos personajes
que aparecen y desaparecen a la hora de comprar una botella de ron…
Mientras llega tal acontecimiento aproveche intensamente las
generosidades de la Wifi,
viva la vida, como dice Valdivia, el viejo profesor de Química, y sobre todo
valore y respete a sus compañeros de conexión, tal vez mañana necesites su
Wifi.
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