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miércoles, 23 de octubre de 2019

Don Ernesto Martínez Robles



La voz clara, pausada, que seduce y atrapa, de Tomás Ernesto Martínez Robles, a orillas del Golfo y mirando el Caribe, compromete al radioescucha, con el solo hecho de colocar en el éter el identificativo  de Radio Granma, en Manzanillo, segundo municipio en importancia en la suroriental provincia de Granma.
Este singular personaje nacido el 6 de octubre de 1953, en el barrio de Los Hoyos, Santiago de Cuba, y manzanillero por derecho propio, es considerado profesor de profesores entre sus homólogos de la Mayor de las Antillas y uno de los cinco merecedores del Premio nacional de Radio 2018.   
Artista de Mérito con más de cuatro décadas de quehacer, ostenta el Micrófono de la radio cubana, el premio a la Excelencia artística como locutor y docente, la medalla de la amistad Cuba-Etiopía, la de combatiente internacionalista, es fundador de la Uneac en Manzanillo y acreedor del  Premio Bayamo 2016.  
Y como se dice en el medio  que nos ocupa…A continuación los detalles en la frecuencia de su protagonista:  
“La radio siempre me llamó la atención, como ferviente admirador disfrutaba los sonidos, efectos, voces… que permitían visualizar  las escenas escuchadas.
“Aquellos episodios de Leonardo Moncada, Guaitabó… captaron rápidamente mi atención, más en lo dramático que en lo musical, a través del radio Philips holandés de la casa, seguía  las fabulosas narraciones de Agustín Roque Fuentes, Chucho Herrera, Manolo Riveiro… ¡me fascinaban!
“Disfrutaba mucho la forma empleada por ellos, hasta que  aproximadamente en 1975 asistí a un curso para locutores, convocado por Radio Granma.
“Eran los más experimentados quienes transmitían sus conocimientos, de esta forma me inserté en la estación sonora manzanillera, hasta que Marzo Enrique Rivero Bertot, Luis Alarcón Santana y Mariano Gómez Navarro, informaron que estaba listo para hacer un programa.
“Se me asignó el espacio A ritmo de órgano, que casi nadie quería por abordar un tipo de música muy vilipendiada en tiempos de  modernidad, acepté  y permanecí, de forma voluntaria, hasta el año 1977.  
“Luego acudí a una evaluación artística y me aprobaron, aquellos pininos iniciales se  acentuaron  en otras emisiones, aún con la inexperiencia del que recién comienza.
“Por esos días pasé un curso para directores de programas, desde entonces sincronizo esa función con la de escritor y locutor en la emisora del Guacanayabo, donde ocupé, además, la responsabilidad general de la institución.
“La narración de la Marcha del pueblo combatiente replicada en todo el país, el 17 de mayo de 1980, frente a la campaña difamatoria  contra la Revolución, puso a prueba mi capacidad descriptiva para ese tipo de eventualidades.
“Sin proponérmelo se abrieron las puertas en otros medios radiales del país y en Radio Tatek, primera emisora internacionalista cubana en Etiopía, como parte de la misión militar, con desempeño civil durante 18 meses.
“Florecieron así los reconocimientos y los compromisos de trabajo; profesor en Radio nacional de Venezuela, impartiendo cursos para jóvenes iniciantes, presidente de jurados a sus diferentes niveles, incluyendo la comisión técnica territorial.  
-El contacto de ciudad a ciudad…
-Es una cápsula de acercamiento entre las dos ciudades, es nuestra contribución a destacar la labor cultural, política e ideológica, que desarrollan decenas de bayameses y manzanilleros abrazados en beneficio de la sociedad”.
A la manera radialista nos despedimos por hoy, con el compromiso de encontrarnos la próxima semana en otro espacio de…Rostros de mi ciudad. Hasta entonces. 




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