La voz clara,
pausada, que seduce y atrapa, de Tomás Ernesto Martínez Robles, a orillas del Golfo
y mirando el Caribe, compromete al radioescucha, con el solo hecho de colocar
en el éter el identificativo de Radio Granma, en Manzanillo, segundo municipio en importancia en la suroriental provincia de Granma.
Este singular
personaje nacido el 6 de octubre de 1953, en el barrio de Los Hoyos, Santiago
de Cuba, y manzanillero por derecho propio, es considerado profesor de
profesores entre sus homólogos de la Mayor de las Antillas y uno de los cinco merecedores del
Premio nacional de Radio 2018.
Artista de
Mérito con más de cuatro décadas de quehacer, ostenta el Micrófono de la radio
cubana, el premio a la Excelencia artística como locutor y docente, la medalla
de la amistad Cuba-Etiopía, la de combatiente internacionalista, es fundador de
la Uneac en Manzanillo y acreedor del Premio Bayamo 2016.
Y como se dice
en el medio que nos ocupa…A continuación los detalles en la frecuencia
de su protagonista:
“La radio
siempre me llamó la atención, como ferviente admirador disfrutaba los sonidos,
efectos, voces… que permitían visualizar las escenas escuchadas.
“Aquellos episodios
de Leonardo Moncada, Guaitabó… captaron rápidamente mi atención, más en lo
dramático que en lo musical, a través del radio Philips holandés de la casa,
seguía las fabulosas narraciones de
Agustín Roque Fuentes, Chucho Herrera, Manolo Riveiro… ¡me fascinaban!
“Disfrutaba
mucho la forma empleada por ellos, hasta que aproximadamente en 1975 asistí a un curso para
locutores, convocado por Radio Granma.
“Eran los
más experimentados quienes transmitían sus
conocimientos, de esta forma me inserté en la estación sonora manzanillera, hasta
que Marzo Enrique Rivero Bertot, Luis Alarcón Santana y Mariano
Gómez Navarro, informaron que estaba listo para hacer un programa.
“Se me asignó
el espacio A ritmo de órgano, que casi nadie quería por abordar un tipo de
música muy vilipendiada en tiempos de
modernidad, acepté y permanecí,
de forma voluntaria, hasta el año 1977.
“Luego acudí a
una evaluación artística y me aprobaron, aquellos pininos iniciales se acentuaron en otras emisiones, aún con la inexperiencia
del que recién comienza.
“Por esos días
pasé un curso para directores de programas, desde entonces sincronizo esa
función con la de escritor y locutor en la emisora del Guacanayabo, donde
ocupé, además, la responsabilidad general de la institución.
“La narración de la Marcha del pueblo combatiente replicada en todo el país, el
17 de mayo de 1980, frente a la
campaña difamatoria
contra la Revolución, puso a prueba mi capacidad descriptiva para ese tipo de
eventualidades.
“Sin
proponérmelo se abrieron las puertas en otros medios radiales del país y en Radio Tatek, primera emisora internacionalista
cubana en Etiopía, como parte de la misión militar, con desempeño civil durante
18 meses.
“Florecieron así
los reconocimientos y los compromisos de trabajo; profesor en Radio nacional de Venezuela,
impartiendo cursos para jóvenes iniciantes, presidente de jurados a sus
diferentes niveles, incluyendo la comisión técnica territorial.
-El contacto de ciudad a ciudad…
-Es una cápsula
de acercamiento entre las dos ciudades, es nuestra contribución a destacar la labor
cultural, política e ideológica, que desarrollan decenas de bayameses
y manzanilleros abrazados en beneficio de la sociedad”.
A la manera
radialista nos despedimos por hoy, con el compromiso de encontrarnos la próxima
semana en otro espacio de…Rostros de mi ciudad. Hasta entonces.
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