Estamos otra
vez en La Demajagua…este paisaje formidable, que parece un lienzo de la nación,
con el mar y la montaña al fondo y en el centro, los viejos hierros del ingenio
abrazados a un poderoso jagüey, me inspiran el recuento.
“En este
contexto, respiro el orgullo de haber nacido en Bayamo, tierra clásica de
libertad, donde sentí sobre mis hombros el peso de la historia, de la cubanía,
de la nacionalidad, de la necesidad de sacudirnos por siempre el yugo de la
tiranía española.
“Agradezco a mi
padre, hacendado y comerciante en las regiones del Cauto y del Guacanayabo,
posibilitarme la asistencia a los mejores círculos de estudios del terruño,
entre ellos los colegios Santo Domingo y San Francisco, de formación católica,
donde me enamoré del Latín.
“Recuerdo que
muchas personas detenían el paso para escucharme cuando hablaba la lengua de
Virgilio, tal vez por eso las primeras obras que tuve en mis manos fueron
precisamente de la
antigüedad griega y romana.
“Mi interés por
el saber me llevó al bachillerato en Leyes en la Universidad de La Habana,
terminé antes del tiempo ordinario mediante un examen de claustro pleno, modalidad
ofrecida entonces para los alumnos más aplicados.
“Luego escogí la universidad de Cervera, una de las construcciones barrocas más bellas
del
principado de Cataluña en España, para la
Licenciatura en Jurisdisprudencia, en trece meses vencí las dieciséis asignaturas
relacionadas con el Derecho.
“Siempre pensé
que cultivándome estaría mejor acompañado en el recorrido por la vida, porque la lectura es una de las
mejores armas para entender mejor al mundo que nos rodea.
Por hoy es
suficiente, nos veremos otra vez junto a los viejos hierros del ingenio
abrazados a un poderoso jagüey, para seguir pensando como país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario