La décima que ha vivido
Para muchos semioculta
Quien la niega, la sepulta
En un sótano de olvido
No es un eslabón perdido
Del acervo nacional
Es la voz tradicional
Del campesino cubano
Que se hizo fuego en la mano
Del autor intelectual.
EL INICIO
Corría el año 1970, y en la
serranía de Buey Arriba, el joven Argelio observaba cómo algunos campesinos de
la zona improvisaban, a su manera, alrededor de diversos temas, quería
seguirlos, pero no se atrevía por temor al fracaso.
El desmedido interés por conocer los secretos de esta forma poética le presagiaba
buen futuro:
“Compuse unas décimas que al parecer salieron bien, poco a poco, penetré
en el género, hasta que le cogí la métrica, luego conocí a otras personas con
mayor experiencia, cuyos aportes me resultaron beneficiosos.
“En ese tiempo el poeta matancero Néstor Ulloa convocó a un concurso de décima mural, envié
mi obra y resulté el ganador, a partir de ese momento redoblé el esfuerzo por
hacerlas cada vez mejores.
“Participaba en canturías comunitarias, en actividades culturales, jornadas
cucalambeanas, la Flor de Birama, me incorporé al programa campesino de Radio Bayamo y en similar espacio de la
televisión granmense, actué en Palmas y Cañas… defendiendo siempre esta hermosa
tradición de nuestros campos.
ASPIRACIÓN
“Bayamo es orgullo de nuestro Himno Nacional, de próceres
independentistas y de la guerra revolucionaria, por esta tierra entró a Cuba la
décima en el año 1608 y si la mayor parte de las provincias cubanas tienen un
espacio social para su desarrollo, pregunto: ¿por qué la suroriental provincia de Granma no se imbrica en
esa tarea?
“Talento existe en nuestros niños y jóvenes, que de
no atenderlos adecuadamente, se perderían o buscarían en otros lugares el
espacio que necesitan para cultivarse y mantener viva la espiritualidad en ese
aspecto.
“Es preciso preparar a las nuevas generaciones,
para que germine la décima que evoca a la Patria, le canta al amor, a nuestros
sentimientos, a los tiempos difíciles y alegres…
“Falta mucho
por desarrollar a esa obra, tan alta como las palmas, en lo personal, estoy
dispuesto a crear un proyecto cultural en el que prolifere la estrofa de versos
octosílabos, al que se unirán muchas personas para enseñar y otro tanto para
aprender”.
Argelio desliza la mirada sobre el periódico La Demajagua y encuentra un pie forzado
en el nombre de esta sección:
Rostros de mi ciudad
Es un panorama en verso
Ancho como el universo
Universo, libertad
Parte de la humanidad
Altamente concebida
Una ciudad que se cuida
Energía de alto fusible
Porque hay que hacer lo posible
Para mantener la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario