“Nací en
Manzanillo aunque viví en Campechuela hasta los 12 años, allí conocí al maestro
Manuel Jerez, quien me impartió las primeras clases teóricas de la música,
manifestación cercana si considero que fue mi abuelo quien trajo a la ciudad,
el primer órgano desde París.
“Corría el año de 1949, cuando mi padre me registra en
la Academia de música de Jacinto Minielli,
un italiano que en octubre de 1904 fundó
la Banda de conciertos de la localidad, en su escuela aprendí a tocar el saxofón,
alternando con mi tío Francisco Borbolla, (Pancho), las interioridades del
órgano.
“Me formé con un instrumento viejo y remediado, no
había dinero para más, cuando en el citado colegio se creó la banda infantil, establecí
una orquesta llamada Superación juvenil, con partituras de otras agrupaciones y
temas que mi padre encargaba a México para los órganos, adaptadas luego por mí a
la sonoridad de la naciente agrupación.
“De esta forma llevaba a la par el desarrollo de la
orquesta y los órganos, hasta que a mediados de 1958, dejamos de trabajar para
los grandes públicos debido a la presión ejercida por la dictadura de Batista,
lo hacíamos entonces en locales para pequeños formatos.
“Tocábamos por mesa, un peso para los cuatro o cinco
músicos era la retribución económica, los días en que no había clientes no
cobrábamos, de esta forma buscábamos el sustento familiar.
“Tras el triunfo revolucionario del 1959, le retiré el
apellido a la orquesta, la llamé Superación y al instituirse el Consejo
Nacional de Cultura, tomamos por nombre: Lino Borbolla y su banda gigante.
“Tenía muchos planes y ante una inesperada propuesta llegué
al Circo Nacional de Cuba en 1962, convocado por el maestro Obdulio Morales,
artista de reconocido prestigio, me sometí a la prueba como ayudante del primer
saxofonista, al finalizar me llamó el director y dijo sonriente:
-¡Maestro!, la plaza es suya-, y me fui con aquella
banda de gira por todo el país.
“De regreso a Manzanillo con mayor experiencia, retomo
la orquesta y comenzamos el acompañamiento a los mejores solistas nacionales: Elena
Burke, Fernando Álvarez, Lino Borges, Roberto Sánchez… también compartimos
escenarios con La Riverside, Aragón, Barbarito Diez…
LA ANÉCDOTA
“Iniciaba el mes de octubre de 1961, cuando directivos
de Cultura me informan que actuaríamos en el acto inaugural de la Ciudad pesquera,
primera comunidad construida para los hombres de mar, y alternaríamos con la
Banda de Benny Moré.
“Llegó el ansiado día, me presentaron al “Bárbaro del
ritmo” que en son de broma se acercó y me dijo casi al oído: ‘Hermano, no
aprietes demasiado con tus números, recuerda que tocamos después de ustedes’- y
en el mismo tono respondí: ‘Oiga, maestro, la llave para apretarlo musicalmente,
no la han fabricado todavía en ningún lugar del mundo’.
“Al siguiente día, en la casa del estibador
manzanillero nombrado Braudilio, conocido como “Mi tierra”, sucedió lo
inesperado, era su placer compartir con los artistas que visitaban el terruño y
el Benny no escapó a la invitación.
-¿Cómo te fue en el concierto?-preguntó Braudilio
-Muy bien, respondió el Benny, alternamos con un tal
Borbolla y su banda.
-¡Es vecino mío!- expresó, orgulloso el anfitrión.
-¡Pues mándalo a buscar!, quiero compartir con él.
“Esa mañana me llenó de elogios, destacó sobre
manera la forma en que tocaba el saxofón y la calidad de mi
orquesta, me hizo vibrar el ángel de la musicalidad.
“Eres una persona maravillosa, lucha, que yo también
me formé con el mismo sacrificio con que tú lo haces”.
Por un instante Lino detiene la mirada, sacude el
recuerdo de lo vivido, piensa en sus dos hijos que le siguen el camino y
acariciando el saxofón con sus labios, deja escuchar los imborrables acordes de
Bodas de Oro, el tema musical que lo eternizó entre los organistas de su
tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario