¡Qué suenen los tambores!
Se empina la corneta china en las alturas de Santa Elena, un cencerro convoca al comparsero de capa y bastón, repican los cueros en el caluroso agosto, porque Manzanillo está en carnaval.
Enhorabuena! suena la conga y se alegran
los corazones junto al órgano, el lechón
asado, la cerveza fría, el legendario ron Pinilla Sabrosón y la liseta frita.
No hay tiempo para el descanso, unos
vienen del sogón, otros van por la
Avenida o el malecón y como la lluvia siempre nos acompaña en
estos festejos, llegó la tarde del primer día para esparcir su agua sobre el sofocado bailador y preservar así
la legendaria tradición.
En la ciudad un tambor hermana a
todos, sobra alegría y crecen los
motivos para festejarlo en grande.
¡Que suenen los tambores, caballeros!,
llegó el carnaval.
Fotos Rafael Martínez Arias
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