“Las cosas no caen del cielo”, es un viejo
refrán de tiempos inmemorables, es también la imaginería que lleva la muestra
personal del manzanillero Leonel Otero
Sotomayor, que hoy te regalamos a través de este espacio.
Se trata de un proyecto intimista,
de carácter transitorio, a través del cual
se entrelazan con facilidad la pluralidad de concepciones estéticas y el
discurso visual que converge siempre en la figura femenina.
La muestra, integrada por siete
obras trabajadas en óleo sobre tela, revaloriza el oficio virtuoso del joven
creador y le avala el rigor y profundidad presentes en cada una
de las piezas de mediano formato.
“Castigo para una adúltera”,
“Regalos de Papá Noel” y “Vida”, devienen íconos de presentación para el artista, que nos sitúa frente al camino de su
emblemática obra, continuadora del legado de Víctor Manuel o Carlos Enríquez.
La suavidad de las líneas y el laborioso
dibujo justifican la sensualidad depositada en
la pincelada perfecta al estilo de los grandes maestros, al tiempo que
nos advierte una mirada a la tranquilidad espiritual.
Tal vez por esas y otras razones
recurro entonces a las palabras de la ensayista
y crítica de arte Graziella Pogolotti: “No se trata simplemente de lograr una
afortunada combinación de líneas y colores, sino de expresar, mediante su
lenguaje artístico específico una realidad dada, a partir de una determinada
concepción del mundo”.
Otero es un creador independiente asociado al Fondo
Cubano de Bienes Culturales, colaborador de la Uneac, integrante del proyecto
de Artes Plásticas TecnoArte, cuenta con varias exposiciones colectivas y su obra forma parte de
colecciones privadas en Cuba, España, Canadá, Italia y Colombia.
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